domingo, 24 de abril de 2016

Oración con proyecto de paraíso

Oración con proyecto de paraíso

De Eduardo Sacheri


Querido dios

A veces se me da por pensar cómo será el Paraíso. Ya sé, Dios, ya sé que no va cualquiera, ya lo sé. Pero pongamos que uno se ha portado más bien que mal. Y que finalmente la cosa tiene premio.

¿Qué pusiste vos del otro lado? ¿Cómo será el asunto? ¿Será un único Cielo para todos? ¿Andaremos todos juntos, encontrándonos y despidiéndonos después? ¿O será más bien algo hecho como a medida, una especie de Cielo personal, para que uno vaya y le ponga lo que más le gusta, como cuando uno es chico y tu vieja te pregunta de qué querés la torta de cumpleaños? O a lo mejor son las dos cosas: en la calle te encontrás con todos, y tu casa la armas a tu gusto

Vaya uno a saber. Pero por si acaso, y supongamos que uno pueda hacer peticiones, yo ya tengo dos preparadas. Las tengo de memoria, por si acaso en el momento de rendirte cuentas me trabuco y se me piantan.

Primero: no quiero que transmitan los partidos. Te lo pido por favor. Nada de estar comiéndome los codos . Ya me banqué bastantes amarguras acá abajo, la pucha. Aparte, mirá si pasa algún delegado tuyo y me manyan puteando al lineman o al perro ese que acaba de errar un gol hecho. Y después se me arma un lío de novela con vos, y yo qué sé, ponéle que me rajan.

Y lo otro es que haya una cancha. Una cancha posta, ¿sabés? Con el pastito bien verde y parejito. Capaz que ahí nadie juega. Capaz que andan todos en otra, cantando, tocando el arpa, vos debés saber. Aunque no haya con quién juntarse a patear, a mí no me importa. Pero que la cancha esté. Y que haya un balón, claro. Porque si voy al Cielo quiero hacer lo que más me gusta en la vida. Y otra cosa: que en la cancha llueva, porque con lluvia es más lindo. ¿Te imaginás? El trotecito corto. El agua resbalándome por la jeta. El olor al pasto mojado. La bola cortita y al pie. ¿Qué más se te puede pedir, decíme?

No te pido más nada, Dios. Lo demás que sea como vos dispongás. Pero por favor, en serio, por favor: que la cancha esté.

El filosofo español Julián Marías define al pueblo argentino

Alguien pidio al filósofo español  Julián Marías, que definiera al pueblo argentino, siendo él un profundo conocedor del mismo y sintiendo por el un gran cariño…

"Los argentinos están entre vosotros, pero no son como vosotros.

No intentéis conocerlos, porque su alma vive en el mundo impenetrable de la dualidad. Los argentinos beben en una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto -el tango- y se ríen de la música de otro; toman en serio los chistes y de todo lo serio hacen bromas.

Ellos mismos no se conocen.

Creen en la interpretación de los sueños, en Freud y en el horóscopo chino. Visitan al médico y también al curandero, todo al mismo tiempo.

Tratan a Dios como "el flaco" y se mofan de los ritos religiosos, aunque los presidentes no se pierden un tedéum en la Catedral. No renuncian a sus ilusiones ni aprenden de sus desilusiones. ¡No discutáis con ellos jamás! Los argentinos nacen con sabiduría inmanente ¡Saben y opinan de todo! En una mesa de café y en programas de periodistas/políticos arreglan todo. Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires. Hermanos, ellos son "el pueblo elegido"... por ellos mismos.

Individualmente, se caracterizan por su simpatía y su inteligencia, en grupo son insoportables por su griterío y apasionamiento. Cada uno es un genio, y los genios no se llevan bien entre ellos; por eso es fácil reunir argentinos, unirlos imposible.

Un argentino es capaz de lograr todo en el mundo, menos el aplauso de otros argentinos.

No le habléis de lógica. La lógica implica razonamiento y mesura. Los argentinos son hiperbólicos y desmesurados, van de un extremo a otro con sus opiniones y sus acciones. Cuando discuten no dicen: "No estoy de acuerdo", sino: "¡Usted está absolutamente equivocado!"

Aman tanto la contradicción que llaman "bárbara" a una mujer linda, a un erudito lo bautizan "bestia", a un mero futbolista "genio", y cuando manifiestan extrema amistad te califican de "boludo", y si el afecto y confianza es mucho más grande, eres un "hijo de puta"...

Cuando alguien les pide un favor no dicen simplemente "sí", sino "¿cómo no?". Son el único pueblo del mundo que comienza sus frases con la palabra NO. Cuando alguien les agradece, dicen: "NO, de nada" o "NO" con una sonrisa.

Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema. Cualquier argentino dirá que sabe cómo se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América Latina, disminuir el hambre de África y enseñar economía en USA.

Los argentinos tienen metáforas para referirse a lo común con palabras extrañas. Por ejemplo, a un aumento de sueldos le llaman "rebalanceo de ingresos", a un incremento de impuestos "modificación de la base imponible" y a una simple devaluación "una variación brusca del tipo de cambio". Un plan económico es siempre "un plan de ajuste" y a una operación financiera de especulación la denominan "bicicleta". Viven, como dijo Ortega y Gasset, una permanente disociación entre la imagen que tienen de sí mismos y la realidad. Tienen un altísimo número de psicólogos y psiquiatras y se ufanan de estar siempre al tanto de la última terapia. Tienen un tremendo super ego, pero no se lo mencionen porque se desestabilizan y entran en crisis. Tienen un espantoso temor al ridículo, pero se describen a si mismos como liberados. Son prejuiciosos, pero creen ser amplios, generosos y tolerantes. Son racistas al punto de hablar de "negros de mierda" o "cabecitas negras".

En síntesis, LOS ARGENTINOS SON ITALIANOS QUE HABLAN EN ESPAÑOL.
PRETENDEN SUELDOS NORTEAMERICANOS Y VIVIR COMO INGLESES.
DICEN DISCURSOS FRANCESES Y VOTAN COMO SENEGALESES.
PIENSAN COMO ZURDOS Y VIVEN COMO BURGUESES.
ALABAN EL EMPRENDIMIENTO CANADIENSE Y TIENEN UNA ORGANIZACIÓN BOLIVIANA.
ADMIRAN EL ORDEN SUIZO Y PRACTICAN UN DESORDEN IRAKI.
Son un misterio..."